Dentro de la bola de nieve del escritorio de mi padre había un pingüino con una bufanda a rayas rojas y blancas. Cuando yo era pequeña, mi padre cogía la bola de nieve, dejaba que se amontonara en la parte superior y le daba rápidamente la vuelta. Los dos contemplábamos como caía la nieve alrededor del pingüino. El pingüino estaba solo allí dentro, y eso me preocupaba. Cuando se lo comenté a mi padre, dijo: "No te preocupes, tiene una vida agradable. Está atrapado en un mundo perfecto".
lunes, 19 de septiembre de 2016
Esa cara de idiota.
Si te soy sincera soy de las que se ilusiona rápido, de las que pierde la cuenta de cuantas veces se equivocó y de cuantas otras veces le hicieron daño.
De las que les gusta saber más, antes de llegar a nada. Y de las que no está acostumbrada a "ser" sin más. De las que parece que habla mucho, pero calla demasiado.
De las que no entiende las formas que se gastan hoy en día, pero que intenta amoldarse lo máximo posible a expensas de no sentirse sola.
De las que se aguanta las ganas por, quizás, no parecer idiota. De las que les gustaría más preguntar: ¿Esto es una cita?, en lugar de ¿Vamos a tomar una cerveza?
De las que al menos lo intenta, aunque a veces no se note. De las que espera, de las que sueña despierta, de las que en el fondo tiene miedo, pero de las que se enamora y lo da todo desde el primer momento.
martes, 23 de diciembre de 2014
Rotundamente NO.
No. Me niego a aceptarlo. Ni siquiera aceptarlo, tan sólo creerlo.
El amor, el cariño, llámalo X... No es algo que se pueda esfumar de la noche a la mañana. Medid los sentimientos, esos que aparecen incluso cuando alguien te ha pegado fuerte pero con el que ni siquiera has llegado a pasar un minuto de tu tiempo.
Solemos comparar el "amor" con algo que nos pasa un día y dura, en el peor de los casos, una semana. Pues no. Esto no es así.
El amor es algo más. Es no darse cuenta. Es no repetirlo. Es cometer errores a sabiendas.
No es a ver quien puede más. Quien demuestra más.
El amor no se acaba de la noche a la mañana, y si realmente pasa, no era amor de verdad. Es imposible creer que era la persona perfecta y a los dos días tener en mente a otra que lo es mucho más.
Vale, puede que un clavo saque a otro clavo; pero no te fuerces, no des el paso si no estás segura. De este modo, estarías siendo egoísta.
Piensa en ese clavo, el segundo, el que te ayuda. Puede que intente sacar al primero, pero una vez este esté fuera, puede que no vuelva a encajar bien otro hasta que pase algo de tiempo.
Esperar es de sabios...
Esperar, esperar, esperar.
El tiempo todo lo cura, el tiempo es la mejor medicina.
lunes, 6 de octubre de 2014
Hoy te he echado de menos...
Echarte de menos es algo que, quizás, se me queda corto. Me pregunto como hubiera sido y como sería a estas alturas de la historia, cuando me arrepiento de tantas cosas... Lo siento. No es que no me conformase, todo lo contrario; pensaba que era demasiado. Y por pensar demasiado, así estamos a estas alturas... Pensando tantas cosas.
Puede que fuese miedo, quizás mis inseguridades que tantas malas jugadas me han pasado. Pero no lo puedo evitar, soy así; y, aunque muchas veces me arrepiento (más de las que debiera) vuelvo a tropezar mil veces más y a caer de bruces contra el suelo.
Cambiar ciertas conversaciones, decir que sí sin tener en cuenta mis miedos. Dejarme llevar... que es lo que tanta falta me hace a veces.
Y aunque ni siquiera leas esto, es mi forma de decirte lo mucho que echo de menos las conversaciones, el frío en la cara leyendo tus mensajes y las veces que sonreías y se paraba el mundo. LO ECHO TANTO DE MENOS... Pero sé que no puedo volver, supongo que debe quedarse en el recuerdo. En el pasado.
Puede que fuese miedo, quizás mis inseguridades que tantas malas jugadas me han pasado. Pero no lo puedo evitar, soy así; y, aunque muchas veces me arrepiento (más de las que debiera) vuelvo a tropezar mil veces más y a caer de bruces contra el suelo.
Cambiar ciertas conversaciones, decir que sí sin tener en cuenta mis miedos. Dejarme llevar... que es lo que tanta falta me hace a veces.
Y aunque ni siquiera leas esto, es mi forma de decirte lo mucho que echo de menos las conversaciones, el frío en la cara leyendo tus mensajes y las veces que sonreías y se paraba el mundo. LO ECHO TANTO DE MENOS... Pero sé que no puedo volver, supongo que debe quedarse en el recuerdo. En el pasado.
viernes, 15 de agosto de 2014
"Lo mejor es no esperar nada de nadie"
Habré visto esta frase como una infinidad de veces. No suelen gustarme mucho este tipo de afirmaciones, por lo absoluto y lo poco de relativo que tienen; pero, a veces, te das cuenta de que definen perfectamente momentos o etapas de tu vida.
¿Cómo no esperar algo bueno de aquellas personas en las que has confiado, y has compartido tantos buenos momentos? Pues no. Y aunque sea tarde, ahora a mis 21 años me doy cuenta de como se mueve el mundo.
Sorprendiéndonos tanto para bien como para mal, hay personas que llegan a tu vida para quedarse y otras, que aunque justo en el momento que llegan no lo sabes, están de paso. De paso para enseñarte a valorar las cosas que fallan en ellas mismas, a sentir que no quieres volver a toparte con sus caras, a saber lo que realmente buscas en alguien.
Sinceridad. Cariño. Reciprocidad. Amistad. Lealtad. Humildad... Y sobre todo falta de hipocresía; son los valores que para mi marcan una amistad duradera.
Quizás puede que suene algo melodramática; sí, lo sé. Pero las circunstancias que me rodean hacen que me exprese de esta manera.
Poner en orden tus prioridades, saber preocuparte por aquellas personas que saben hacerlo por ti. Pero en el momento.
No volveré a esperar otros 3 años más para darme de bruces contra el suelo. Ya lo he hecho una única y última vez...
¿Lo mejor de todo? Mi conciencia. Creo que está mil veces más tranquila que la de la gente que, posiblemente, me haya fallado.
¿Lo más gracioso? Sin haber movido un dedo, pareces la culpable de todo.
Y, en el fondo, irónicamente; si que lo eres. Lo eres y lo sabes. Lo sabes y lo eres. Por no hacer caso a la dichosita frase, y esperar TODO de TODOS.
martes, 13 de mayo de 2014
Cómo la primera vez
No sé si echarte de más, cuando me echas de menos. O si el problema está en echarte de menos, cuando me echas de más.
Miedos cuelgan de mis vértices, seguidos de inseguridades.
Sé lo que realmente quiero, aunque tú todavía lo dudas. Y creo que se me va de las manos. Que si pasas de página no quiero que me dejes atrás.
Miedos cuelgan de mis vértices, seguidos de inseguridades.
Sé lo que realmente quiero, aunque tú todavía lo dudas. Y creo que se me va de las manos. Que si pasas de página no quiero que me dejes atrás.
martes, 11 de marzo de 2014
Maybe
No es que no me alegre, ni mucho menos que no lo acepte. Sólo que me da un poco de miedo lo rápido que pueden ir a veces las cosas. Siempre he sido de esas que se piensan las cosas dos veces antes de hacerlas y, he de decir, que, aún así hay muchas que no me han salido del todo bien.
Puede que el "quiz" de la cuestión sea simplemente eso: El pensar las cosas demasiado. Tal vez si hubiera elegido rápidamente el sabor del helado que se me vino a la mente el día que le conocí, tal vez hubiéramos coincido en algo, o sí me hubiera tentado la idea de coger el coche aquel día que realmente lo necesitaba, llamar a alguien cuando realmente quería o decir un "te quiero" a tiempo para salvar ciertas relaciones.
Quizás, dentro de todo ello, las cosas hubieran sido totalmente distintas.
Aún así, no me las imagino tan distintas de cómo lo son ahora. La verdad es que, hay cosas que han llegado de golpe; pero, al fin y al cabo, han llegado. Otras me gustaría haberlas digerido con tiempo y paciencia, pero de ellas he aprendido tantas cosas... No lo noto, pero sé que he cambiado. Tampoco sé si para bien o para mal, si sigo siendo igual de terca y cabezota que siempre, o si he ganado paciencia con los años, que ciertamente me sobra bastante ahora mismo.
Pero no me acostumbro. Sigo sin hacerlo a pesar de los días que pasen. Ella siempre había sido de esas que no necesitaba demostrar nada a los demás y, ahora, la cosa ha cambiado. Ella ha cambiado. Y creo que todo a mi alrededor también lo ha hecho. Quizás eso sea "madurar", quizás "madurar" implica cambiar y no volver a ser fiel a muchos de tus principios. Quizás... Pero ese quizás se me queda muy corto.
Puede que el "quiz" de la cuestión sea simplemente eso: El pensar las cosas demasiado. Tal vez si hubiera elegido rápidamente el sabor del helado que se me vino a la mente el día que le conocí, tal vez hubiéramos coincido en algo, o sí me hubiera tentado la idea de coger el coche aquel día que realmente lo necesitaba, llamar a alguien cuando realmente quería o decir un "te quiero" a tiempo para salvar ciertas relaciones.
Quizás, dentro de todo ello, las cosas hubieran sido totalmente distintas.
Aún así, no me las imagino tan distintas de cómo lo son ahora. La verdad es que, hay cosas que han llegado de golpe; pero, al fin y al cabo, han llegado. Otras me gustaría haberlas digerido con tiempo y paciencia, pero de ellas he aprendido tantas cosas... No lo noto, pero sé que he cambiado. Tampoco sé si para bien o para mal, si sigo siendo igual de terca y cabezota que siempre, o si he ganado paciencia con los años, que ciertamente me sobra bastante ahora mismo.
Pero no me acostumbro. Sigo sin hacerlo a pesar de los días que pasen. Ella siempre había sido de esas que no necesitaba demostrar nada a los demás y, ahora, la cosa ha cambiado. Ella ha cambiado. Y creo que todo a mi alrededor también lo ha hecho. Quizás eso sea "madurar", quizás "madurar" implica cambiar y no volver a ser fiel a muchos de tus principios. Quizás... Pero ese quizás se me queda muy corto.
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