"El enfrentamiento a la muerte es un hecho que los humanos
aún no hemos sido capaces de superar, de hecho seguimos temiéndole y por muchos
años más que pasen es algo que nos aterra. Nos da miedo abandonar la vida
terrenal, nos da pánico dejar atrás memorias, recuerdos y que otros las dejen
por nosotros. Nos da miedo olvidar, pensar que la vida es algo de paso y que
cuando llegue el final no la habremos aprovechado al máximo como deberíamos
haber hecho. Cuando alguien se esfuma delante de nuestros ojos, resulta difícil
pensar que no vas a volver a sentirlo y más aún que tienes que borrarlo de tu
vida de un día para otro.
“Va camino de un mundo mejor” “Era su destino” Son
pensamientos reconfortantes, pero que no ayudan a mitigar el dolor y menos la
pérdida de un hijo, que es de los dolores más grandes que existen en este
mundo. Nos resulta fácil pensar que con un poco de fe vamos a ser capaces de
aferrarnos a la vida, y de pensar que somos inmortales cuando, quizás nuestro
destino esté más que escrito en líneas del futuro. Lo que sí que no se puede
negar, es que la muerte siempre ha estado ahí, y que a pesar de nuestras
esperanzas ciegas puestas en la posibilidad de la vida, es algo que
desgraciadamente nos acecha cada día."
Y así es como te echo tanto de menos...