
Dentro de la bola de nieve del escritorio de mi padre había un pingüino con una bufanda a rayas rojas y blancas. Cuando yo era pequeña, mi padre cogía la bola de nieve, dejaba que se amontonara en la parte superior y le daba rápidamente la vuelta. Los dos contemplábamos como caía la nieve alrededor del pingüino. El pingüino estaba solo allí dentro, y eso me preocupaba. Cuando se lo comenté a mi padre, dijo: "No te preocupes, tiene una vida agradable. Está atrapado en un mundo perfecto".
lunes, 19 de septiembre de 2016
Esa cara de idiota.
Si te soy sincera soy de las que se ilusiona rápido, de las que pierde la cuenta de cuantas veces se equivocó y de cuantas otras veces le hicieron daño.
De las que les gusta saber más, antes de llegar a nada. Y de las que no está acostumbrada a "ser" sin más. De las que parece que habla mucho, pero calla demasiado.
De las que no entiende las formas que se gastan hoy en día, pero que intenta amoldarse lo máximo posible a expensas de no sentirse sola.
De las que se aguanta las ganas por, quizás, no parecer idiota. De las que les gustaría más preguntar: ¿Esto es una cita?, en lugar de ¿Vamos a tomar una cerveza?
De las que al menos lo intenta, aunque a veces no se note. De las que espera, de las que sueña despierta, de las que en el fondo tiene miedo, pero de las que se enamora y lo da todo desde el primer momento.
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