Resulta paradójico como aunque lo intentas en el fondo sabes que no necesitas más que un empujoncito, y que ese empujoncito eres tú mism@. Pero no te das cuenta, y te vuelves a quedar en el mismo sitio, sin moverte. Pero así estás más a gusto; con el tiempo hasta te has acostumbrado e incluso a veces, te sientes como una marioneta, cada vez con más hilos, cada vez pasando por más manos que te manejan. Y cuando decides hacer un movimiento distinto, fuera de lo habitual, parece que te achantan. Y te sientes atrapad@.
Porque sabes de verdad, que la única forma de poder ser LIBRE es rompiendo todos los hilos de golpe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario