Dentro de la bola de nieve del escritorio de mi padre había un pingüino con una bufanda a rayas rojas y blancas. Cuando yo era pequeña, mi padre cogía la bola de nieve, dejaba que se amontonara en la parte superior y le daba rápidamente la vuelta. Los dos contemplábamos como caía la nieve alrededor del pingüino. El pingüino estaba solo allí dentro, y eso me preocupaba. Cuando se lo comenté a mi padre, dijo: "No te preocupes, tiene una vida agradable. Está atrapado en un mundo perfecto".
martes, 24 de enero de 2012
Silencio.
Apostaré dos años, apostaré uno. Apostaré esos años, sabiendo que tu ya no estarás aquí. Supongo que guardaré, supongo que tu también lo harás, cada recuerdo y tristemente lo que nunca seremos. Apostaré mis lagrimas y también las tuyas. Apostaré esas lagrimas que en el tiempo podrían desaparecer.
Espera un minuto, tengo algo más que decirte y me importa si me estás escuchando. Te necesito, más de lo que nunca sabrás. Lo sigo haciendo, dispuesta a hacértelo saber. Necesito un minuto solo para alcanzarte, aunque siento como si lo debiera superar. Ven, y no digas nada.
El silencio lo es TODO.
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