domingo, 22 de abril de 2012

Una y otra, otra y una...

Y es cuando sientes que todo vuelve otra vez, que no te escapas ni por un segundo, que comienza aquel conflicto que sabes que tuvo sus orígenes; pero que no sabes cuando tendrá final. 
Que vuelven las preocupaciones, los problemas, esas formas de decir lo siento; solucionando el problema por un instante, por unos días; pero que sabes que volverá a ocurrir. Que no lo puedes evitar. Que está ahí, presente, como siempre. Que te dan ganas de no volver. De perderte. De perderte por momentos, por instantes. De no pensar en nada y pensar en todo. De coger las maletas e irte a la aventura. De soñar y divagar por lugares recónditos. De sentir a alguien cerca, ese que no te suelte, que te haga reír y sobre todo que te escuche y comprenda. 
Pero vuelves a la realidad. Vuelves a verlo. Sigues con los pies en la tierra. No has despegado. Y, ¿lo peor de todo? Sigues delante de aquel libro del que tan sólo puedes recordar el título. Al igual que una Alicia, despiertas del país de las maravillas; intentas sobrevivir, pero te rindes por momentos. Lo sientes. Lo intentas. Despiertas. Entonces aparecen, esas pequeñas personitas que formaban parte de tu cuento, y que en la realidad están ahí para guiarte. Ves la luz. Por un momento, te ayuda. Lo sientes. Y todo lo que necesitas son palabras. Palabras de las que no puedes evitar escapar: "¡Ahora quiero que sonrías! :D"   
   ____________GRACIAS________________

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