Dónde surgieron tantas dudas. Dónde crecieron tantos miedos. Dónde poco a poco, se esfumaron; aunque vinieron otros nuevos. Dónde reí. Dónde lloré. Dónde me agobié. Dónde grité porque no sabía que iba a hacer entre esas cuatro paredes tan pequeñas. Dónde me di cuenta, paulatinamente que las cosas no suceden porque sí, sino por una razón todavía aún más extraña que tira de ellas. Dónde aprendiste que te importaba una mierda lo que pensara la gente. Dónde quizás, te ganaste la confianza de muchas personas y tu confiaste la tuya a otras muchas. Dónde esas cuatro paredes pequeñas se convirtieron en un refugio y que más tarde, incluso te parecían gigantes.
Dónde se quedan momentos increíbles. Dónde han vivido y vivirán otras personas, con sus historias, sus vidas, sus agobios, llantos, sonrisas y miles de cuentos por contar.
Dónde se quedan miles de secretos... 39.
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