Finalmente me he dado cuenta de que todos sois iguales, siempre apareciendo con alguna clase de historia.
Pensé que vendrías cuando te ignoré. Así que, pensé que tendrías la decencia de cambiar. Pero creo que no te diste cuenta de la advertencia; porque por si no te habías dado cuenta no estoy, ni siquiera, para volver a mirarte a la cara.
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