Puede que fuese miedo, quizás mis inseguridades que tantas malas jugadas me han pasado. Pero no lo puedo evitar, soy así; y, aunque muchas veces me arrepiento (más de las que debiera) vuelvo a tropezar mil veces más y a caer de bruces contra el suelo.
Cambiar ciertas conversaciones, decir que sí sin tener en cuenta mis miedos. Dejarme llevar... que es lo que tanta falta me hace a veces.
Y aunque ni siquiera leas esto, es mi forma de decirte lo mucho que echo de menos las conversaciones, el frío en la cara leyendo tus mensajes y las veces que sonreías y se paraba el mundo. LO ECHO TANTO DE MENOS... Pero sé que no puedo volver, supongo que debe quedarse en el recuerdo. En el pasado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario