domingo, 29 de abril de 2012

Un poquito de opinión... Y vosotros... ¿Qué pensáis?


Desde mi punto de vista, establecer una opinión clara y precisa sobre un tema tan subjetivo como es el aborto es algo que, sin duda alguna, depende de las diversas perspectivas que te aporte el tema; y sobre todo de tu situación actual frente al mismo.
El aborto es algo que, por suerte o por desgracia, está cada día más presente en nuestra sociedad. Tanto es así, que cuando oteaba noticias sobre el tema, me sorprendía la cantidad de casos que existen tanto a nivel nacional como internacional. Cada familia ha sido educada en valores éticos y morales que varían, en muchas circunstancias, dependiendo de culturas, razas o etnias. De este  modo, pude comenzar a cambiar mi percepción sobre el aborto.
Siempre he pensado que la base en la que se establecen las opiniones, va ligada literalmente a un conocimiento previo del tema en cuestión. Como muchas otras personas, mi criterio inicial sobre este tema no estaba del todo claro; me atormentaban dudas sobre cómo actuaría yo en una situación similar y, sobre todo, cómo se lo tomaría mi familia, a la que siempre he tenido en cuenta. Así, mis pensamientos iban total y en ocasionas, parcialmente, en contra del aborto. No podía entender, como ciertas personas, podían acabar con la vida de un ser humano en potencia; de un ser que desde el primer día estaba lleno de vida. Sin embargo, tras una larga e intensa búsqueda, descubrí millones de casos en los que está situación parecía la más acertada: Violaciones, malformaciones, dar a luz a un hijo en situaciones nefastas para su correcto desarrollo… Aquí fue cuando comenzó mi conflicto interno entre lo que era correcto y lo que para nada me lo parecía.
Mientras muchos artículos establecían que la mujer era libre de hacer con su cuerpo lo que deseara; otros muchos comparaban al feto con un riñón sobre el que la madre tenía libre elección, y por tanto, no lo consideraban como un ser vivo en potencia. Dentro de este punto cabe destacar la importancia de las influencias sociales, culturales, educativas y religiosas.
Desde el punto de vista social, es importante señalar que todo lo que lleva a cabo una sociedad como conjunto, es llevado a cabo por el resto. Así, cuando una mujer queda embarazada, sea cual sea su circunstancia, recibirá críticas, pero nunca halagos por cualquiera de las dos acciones que realice: Aborto o seguir adelante con la vida del feto. Esto, aunque puede resultar muy relativo, es lo que se lleva a cabo por la mayor parte de la población. En casos como la violación de una adolescente, muchas veces, puede resultar casi entendible la opción del aborto; pues la consecuencia de ello puede resultar en enfermedades psicológicas tanto para el bebé como para la madre en un futuro no muy lejano.
De este modo, es necesario saber que todo este proceso sobre el que establecer una elección, es en tanto difícil como necesario; siempre basándonos en las condiciones que tendrán la madre, pero sobre todo el bebé. Algo que marca, sin duda, este conflicto ético y moral que supone el aborto, es la situación socioeconómica de la madre en cuestión; muchas veces, el desconocimiento por parte de éstas madres, que viven en condiciones miserables, sobre otros  métodos alternativos al aborto, las empuja irremediablemente hacia la realización de la práctica abortiva. Para evitar esto, creo que sería necesaria una implicación más activa por parte de la sociedad; mediante la impartición de cursos o charlas que eduquen y que mantengan activa a las clases más marginadas de la población mundial. Entre estos métodos alternativos, uno de los más importantes a destacar es la opción de la adopción; aunque en muchas ocasiones esto puede resultar difícil para la madre en cuestión, puesto que después de llevar al feto durante 9 meses en su vientre, comienza a sentir lo que significará para ella separarse del bebé cuando todo el proceso del embarazo finalice; también, porque por lo general, la madre no volverá a ver al bebé; a no ser que se establezca un acuerdo con la pareja adoptiva en cuestión. Otra opción, aunque si bien menos recomendada es la píldora del día después, que a mi parecer no debería ser tan socorrida como lo es a veces; puesto que conlleva muchos efectos adversos desconocidos por la población.
Desde el punto de vista cultural, cabe destacar las variaciones existentes dentro de una misma nación. En el ámbito rural, el concepto de aborto no está considerado como una opción, muchas veces por, como he mencionado con anterioridad, la falta de tecnologías, información y comunicación de las que carecen estos. Aquí juegan también un papel muy importante las mujeres inmigrantes llegadas desde otros países más lejanos, en las que la práctica abortiva va íntimamente ligada a valores religiosos, morales y éticos. Por ejemplo, a una mujer musulmana, le resulta casi inimaginable acabar con la vida de algo que está creciendo en su interior, y mucho menos sin contar con el consentimiento de su marido. Aunque bien es cierto, que muchas de éstas, no tienen otra escapatoria cuando se trata de un embarazo no deseado como es el caso de una violación. Es entonces cuando, para evitar el rechazo, que es incluso más fuerte que en nuestra sociedad y religión; aceptan la práctica abortiva como método de salvación y redención hacia su propia etnia o cultura.
Desde el punto de vista educativo y religioso, cabe destacar que estas dos posiciones van generalmente entrelazadas. Esto es consecuencia de la educación en valores religiosos que se realiza en los centros educativos tanto a nivel nacional como internacional. El cristianismo ha ido siempre arraigado a la educación y, es por este motivo, por el que la práctica abortiva está considerada, no como pecado pero si como un tema tabú. El problema que engloba a esto, es una falta de concienciación por parte de la población, y también por un desconocimiento previo sobre las situaciones que empujan a la mujer a realizar este acto. Aún con todo eso, es necesario destacar que por muy crueles que hayan sido las circunstancias de concepción, hay que tener en cuenta que lo que está creciendo es un ser vivo en potencia y solamente por ese hecho ya puede ser considerado ser humano en su totalidad.
Por otro lado, tampoco es necesario afirmar que el aborto deba ser erradicado; puesto que al igual que ocurre con los cuidados perinatales de aquellos bebés que han nacido en condiciones irremediablemente nefastas, muchas veces la práctica abortiva resulta un “alivio” a tiempo para aquellas madres que no se vean capacitadas y sobre todo, para evitar que el bebé tenga unas condiciones vitales inviables de por vida.
Por tanto y para concluir, he de decir que mi posición ante este tema tan complejo y abstracto como es el aborto; es abierta. En mi opinión, siempre hay que tener en cuenta diversos factores que hagan sobre todo viable la vida del feto. Si esto no es así, muchas veces el aborto puede ser una alternativa en situaciones que impliquen tanto riesgo para el bebé como para la madre; así como, en circunstancias en las que la madre se vea afectada psicológicamente e incapacitada para llevar a cabo el cuidado de su futuro bebé. Una de estas causas, citadas anteriormente es la violación. Ante este tipo de situaciones hay que ser consecuente, y establecer unos criterios básicos que magnifiquen si la madre puede llevar a cabo el cuidado del bebé y sobre todo, si las consecuencias de su estado psicológico no acarrearán situaciones problemáticas en la vida del bebé en cuestión.


Puede que os haya resultado pesado, pero es todo lo que me ha salido.

miércoles, 25 de abril de 2012

Malas vivencias, vivencias malas.


Y algo dentro de mí se revolvió. No sé cómo, ni por qué; pero la noticia me sentó como un jarro de agua fría esta mañana. Es como si todo volviese a recordarme a ti, la situación, la angustia, nada por lo que luchar ya; sin duda, porque tu no estabas para luchar ya más conmigo.
Gracias. Es todo lo que puedo decir, lo que me sale de dentro y lo que pienso cada vez que vienes a mi memoria. Es curioso, como se mezclan las sensaciones, los sentimientos... Cómo cuando, regresas, y empiezas a dar pequeños golpecitos en mi cabeza; algo vuelve, me aturullo y no sé si reír, llorar o sacar esa medio sonrisa con lágrimas en los ojos, porque me gusta pensar en ti, pero, e de reconocer, que duele, a veces duele mucho.
Somos marionetas. Nunca te lo escuché decir, o quizás no estuve lo suficientemente atenta a tus palabras cuando expresabas tu opinión, pero dime... ¿quién le podría decir a una niña de 11 años que te irías tan rápido? Nunca hablé de ello en casa, no lloraba; solo un pequeño sofocón, en el momento menos preciso, y luego me escondía debajo de las sábanas, y allí me quedaba, esperando a que todo pasara. Esperando a que la tormenta pasara. Pero no se iba, y los truenos cada vez eran más fuertes que cuando comenzó el vendaval.
Sólo me quedaba tu recuerdo. Ese efímero recuerdo, que ahora, a veces, aunque no quiera, se me olvida y pienso que fuiste un sueño, un sueño precioso. Pero no, en ese momento sólo quería despertar, necesitaba hacerlo. Creer que no era verdad.
Pero los días pasaban. Ensueño. Negación. Lágrimas. Resignación. Asimilación.
Nunca entendí por qué pasó, ni aún consigo entenderlo ahora. Pero es así: "Worst things in life come free to us". Y no podemos hacer nada para evitarlo. 

lunes, 23 de abril de 2012

Rara

Me dejaste en el mismo lugar, a la misma hora, en el mismo canal; ya me estoy acostumbrando a esperar.Te llevaste una página más, un capítulo que no terminará, una historia vacía que extraña su final.


Puedo ser la que siempre se queda atrás, puedo esperar toda la eternidad. Me sacaste de mí, te quedaste de más, me dejaste el corazón extraño. Conseguiste salir, me perdiste por el camino, me dejaste rara, muy rara. 


Conseguimos subir y bajar, era tan divertido, tan especial, inventamos el ritmo que nos gusta bailar. Y ahora me despierto con un sueño menos, me dejaste sin mi otra mitad. Quiero... Y no puedo. Me sacaste de mí, te quedaste de más, me dejaste el corazón extraño. Conseguiste salir, me perdiste por el camino, me dejaste rara, muy rara. 


Puedo ser la que siempre se queda atrás, puede ser que ya no me quiera quedar. 

domingo, 22 de abril de 2012

Una y otra, otra y una...

Y es cuando sientes que todo vuelve otra vez, que no te escapas ni por un segundo, que comienza aquel conflicto que sabes que tuvo sus orígenes; pero que no sabes cuando tendrá final. 
Que vuelven las preocupaciones, los problemas, esas formas de decir lo siento; solucionando el problema por un instante, por unos días; pero que sabes que volverá a ocurrir. Que no lo puedes evitar. Que está ahí, presente, como siempre. Que te dan ganas de no volver. De perderte. De perderte por momentos, por instantes. De no pensar en nada y pensar en todo. De coger las maletas e irte a la aventura. De soñar y divagar por lugares recónditos. De sentir a alguien cerca, ese que no te suelte, que te haga reír y sobre todo que te escuche y comprenda. 
Pero vuelves a la realidad. Vuelves a verlo. Sigues con los pies en la tierra. No has despegado. Y, ¿lo peor de todo? Sigues delante de aquel libro del que tan sólo puedes recordar el título. Al igual que una Alicia, despiertas del país de las maravillas; intentas sobrevivir, pero te rindes por momentos. Lo sientes. Lo intentas. Despiertas. Entonces aparecen, esas pequeñas personitas que formaban parte de tu cuento, y que en la realidad están ahí para guiarte. Ves la luz. Por un momento, te ayuda. Lo sientes. Y todo lo que necesitas son palabras. Palabras de las que no puedes evitar escapar: "¡Ahora quiero que sonrías! :D"   
   ____________GRACIAS________________

martes, 17 de abril de 2012

Last kiss.



Y puede que os resulte cursi, pesado y pasteloso. Pero es lo que quiero. Es lo que siento...

"Aún recuerdo la expresión de tu cara iluminando la oscuridad. Las palabras que susurraste, justo cuando nos conocimos; me dijiste que me querías y por eso es por lo que todavía no entiendo muy bien por qué te fuiste.
Tuve que recordar de nuevo el olor de la lluvia fresca sobre el asfalto. Corrí al bajar del avión, pensando en esa noche seguramente iluminada. Aún puedo sentir tus brazos. Pero ahora, lo único que me queda es estar aquí, sentada en el suelo con el único abrazo de tus ropas sobre mí. Todo lo que sé, es que no sé como ser algo que puedas añorar.
Nunca pensé que habría un último beso. Nunca imaginé que esto terminaría así. Su nombre, por siempre. Tu nombre en mis labios.
Porque me encanta la manera en la que andas, siempre con las manos metidas en tus bolsillos; como me besas cuando estoy a punto de decir algo. Sabes que no hay día que no eche de menos esas pequeñas interrupciones.
Sólo me queda ver tu vida en imágenes, igual que cuando solía verte dormir. Espero que estés genial. Y que el sol brille, que sea un día precioso."






Last Kiss- Taylor Swift

lunes, 16 de abril de 2012

Solía...


Solía decir que esa canción no me gustaba, que nunca le encontraría sentido y que no entendía como le podía gustar. Y mírame, ahora me trae incluso buenos recuerdos, a pesar de que las pocas veces que la escuché siempre le obligaba a quitarla. Era como un sonido estridente, no lograba entender la letra, ni mucho menos el sentido de aquellas guitarras, nada se movía dentro de mí; simplemente era ruido para mis oídos. Tampoco su voz, esa voz que parecía salida de ultratumba, que no daba explicación a como retumbaba en mis oídos.

Ya ha pasado más de una década, y ahora lejos de casa, de mi familia y sobre todo de tí vuelvo a escucharla y me trae buenos recuerdos, a pesar de mí tozudez, a pesar de mis idas y venidas. Ahora es como un soplo en mis oídos, entiendo el sonido de las guitarras, la letra, el sentido... Es como si algo hubiera cambiado, es como si hubiera cambiado.

Pero, ¿Sabéis qué? Es algo que me gusta. Me gusta mucho. Y más aún sabiendo que es un trocito de ti, de lo que te gustaba, de lo que te hacía sentir vivo.

miércoles, 11 de abril de 2012

Esa clase de chica.



Soy esa clase de chica que se esconde tras un cristal, que le gusta mirar desde lejos; pero que se queja pensando que ella también quiere vivir las cosas que ve, que oye, que siente... Y que no hace nada por evitarlo o, mejor dicho, se sigue escondiendo tras ese cristal, incluso a veces sobre un espeso manto de niebla para no ver mas allá.
Soy esa clase de chica que intenta ir de frente, pero que el miedo la come cuando tiene que enfrentarse al mismo; que pinta una sonrisa en la cara, a pesar de estar sintiendo el más profundo de los dolores; que habla y habla, por el miedo a quedarse sin voz; que grita, se ríe, parece sociable pero que tiene un miedo terrible al rechazo.
Soy esa clase de chica que tuvo que madurar antes de tiempo por causas de la vida, que se emociona con un buen libro, pero más con una buena canción; confidente, que le gusta escuchar pero también de vez en cuando ser escuchada.
Soy esa clase de chica que odia su nariz y la forma de su cara; pero que adora sus labios, dientes y ojos.
Soy esa clase de chica que promete que va a hacer ejercicio cuando se ha pasado de la raya en vacaciones; pero que nunca cumple esa promesa porque es demasiado vaga como para mover un dedo.
Soy esa clase de chica que sueña despierta, ilusa hasta morir aunque eso signifique darse de chocazos contra la pared alguna que otra vez.
Soy esa clase de chica que a veces no encuentra las palabras necesarias para expresarse y que le entra la risa tonta en situaciones en las que no procede.
Soy esa clase de chica despistada, olvidadiza y sobre todo un desastre para encontrar cosas que yo misma "guardé en ese sitio para que no se me olvidara donde estaba", pero que nunca las acaba encontrando cuando las busca; si no, días, semanas e incluso meses después, cuando sinceramente pienso que alguien las ha puesto a posta, porque si no yo no seguiría buscando y se quedarían en el olvido.
Soy esa clase de chica que odia el fútbol y que no soporta hablar de política cuando ello significa posiciones radicales, pero que se defiende claramente cuando es necesario.
Soy esa clase de chica tranquila, sosegada, que no le gustan las prisas, y que, cuando aparecen, necesita echar el freno, respirar y contar hasta 10 para saber como actuar.
Soy esa clase de chica que intenta pasar desapercibida, risueña y a veces algo pesimista; que aspira a alcanzar sus sueños... Pero sobre todo soy esa DIVINA IMPERFECCIÓN.