lunes, 30 de enero de 2012

Miedo.


Volver a pensarlo mejor. Sentir que no es lo que buscabas, que siempre te pasa lo mismo y que tu vida seguirá girando en el mismo mar de incertidumbre que lo hacía hace más de un año. Tienes, sientes, padeces... de una sensación extraña que dicen que se llama miedo.
Veo mi vida hecha pedazos por ti, por tus miradas, por tus gestos, tus caricias... que nunca significaron lo que yo pensaba que algún día llegarían a ser. Volver a los inciertos, a los quizás, a los "tendría que haberlo pensado mejor, las cosas no surgen tan fácilmente", y sentir que estás en una rueda que vuelve a su punto de inicio, que eres como un pez que se muerde la cola y que acaba con la misma sensación que con la que empezó al nadar río abajo.
Sólo quieres dejarte llevar, y es que en realidad, es lo que has hecho siempre, todos y cada uno de tus días, dejarte llevar... Sin actuar, dejarte llevar DEMASIADO.

Miedo, te dije bien que no quería estar aquí; no tengo tiempo... Yo solo quiero regresar. Piensa que me molesta que no me quieras escuchar, que no lo entiendes... Yo solo quiero regresar. Pero al caminar... Me encanta tu boca, me invitó a bailar... Esa boca rosa. Y al anochecer mis labios bailaron... Dentro de un cóctel, la luna y tus labios.

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