Vivía en tensión, insegura. Intentando descifrar una y otra vez los misterios de nuevos desconocidos. Tenía miedo. Pero quería poder atreverse a eliminarlo de una vez por todas. Quería enfrentarse a el.
Dentro de la bola de nieve del escritorio de mi padre había un pingüino con una bufanda a rayas rojas y blancas. Cuando yo era pequeña, mi padre cogía la bola de nieve, dejaba que se amontonara en la parte superior y le daba rápidamente la vuelta. Los dos contemplábamos como caía la nieve alrededor del pingüino. El pingüino estaba solo allí dentro, y eso me preocupaba. Cuando se lo comenté a mi padre, dijo: "No te preocupes, tiene una vida agradable. Está atrapado en un mundo perfecto".
martes, 13 de noviembre de 2012
Problemas REALES.
Era cómo el viento; siempre corriendo por sus dedos. Como el agua; resbalando entre sus yemas. Cómo esa última brisa de otoño; que da paso al más frío de los inviernos. No sabía cómo habían pasado los días. Ni recordaba cuando había sido la última vez que había hecho algo por primera vez en su vida. Sólo se preocupaba por lo que pasaría y no por lo que ya había pasado y merecía la pena de verdad; ni mucho menos por lo que estaba pasando en ese momento.
Vivía en tensión, insegura. Intentando descifrar una y otra vez los misterios de nuevos desconocidos. Tenía miedo. Pero quería poder atreverse a eliminarlo de una vez por todas. Quería enfrentarse a el.
Estaba acostumbrada siempre a lo mismo, a la misma historia que se repetía una y otra vez. Ya no le afectaba decía, aunque en el fondo seguía soñando con encontrar un final. ESE final. FELIZ PARA SIEMPRE.
Vivía en tensión, insegura. Intentando descifrar una y otra vez los misterios de nuevos desconocidos. Tenía miedo. Pero quería poder atreverse a eliminarlo de una vez por todas. Quería enfrentarse a el.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario